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Los 7 juegos infantiles que no olvidamos los «chavorrucos»

Los que tienen más de 35 años de seguro recuerdan los siguientes juegos colectivos que nos forjaron como la última generación que la pasaba genial sin celular, ni internet ni redes sociales.

Los 7 juegos infantiles que no olvidamos los «chavorrucos»

FOTO: Internet

Tiempos pasados siempre fueron mejores y qué decir los juegos infantiles de antaño, desde los más rudos que se jugaban en el barrio y hasta los que disfrutábamos en la escuela en el Día del Niño.

Las generaciones cambian y con ello las costumbres, cómo olvidar la convivencia con tus vecinos, tus primos y compañeros de escuela. Las horas y horas de juego por las tardes en la cuadra de tu colonia. 

Los que tienen más de 35 años de seguro recuerdan los siguientes juegos colectivos que nos forjaron como la última generación que la pasaba genial sin celular, ni internet ni redes sociales. Eran adrenalina pura, que nos mantenía sanos y con energía.

1.- Chichilegua: El más rudo. Se demostraba la fuerza de aquel en el que se montaban y despertaba las habilidades ecuestres de los más valientes. Consistía en formar una culebra humana a la cual se montaban de un brinco y de repente venía la gran sacudida. Pierde el primero ponga una rodilla en el suelo.

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2.- Changalalai: De menos recordados, consistía en batear un pedazo de madera con un palo de escoba. Luego medir con ese mismo palo, la distancia. Ganaba el que más puntos hacía.

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3.- Stop: Era una declaración de guerra mundial, siempre tu peor enemigo era tu vecinito o tu primo. Al gritar el nombre de ese enemigo salías corriendo y al escuchar «stop» parabas en seco. Si los pasos que daba el enemigo señalado eran exactos a tu posición, perdías. No tenía nada de bélico.

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4.- Los hoyitos: Recetabas pelotazos a quien se te atravesaba. Tenías que saber esquivar los riflazos del más rudo y si llegabas a los 5 huevos, te mandaban al pabellón para fusilarte. Siempre salías con moretes en la espalda, dependiendo de lo dura de la pelota con la que jugabas.

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5.- La Roña: El favorito de los más chicos, debías ser más rápido y correr como loco; que el contagiado por la roña no te tocara porque te la quedabas y pasabas a ser parte de esa legión de zombies «enroñados» que te correteaban por toda la cuadra o el parque.

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6.- Tambo Robado: Adrenalina en su más puro estado. Tomabas cualquier bote vacío, lo llenabas de piedritas, para que volara más al lanzarlo y lo tirabas lejos de quien se la quedaba, en ese lapso tenías que esconderte. La adrenalina venía cuando intentabas robarte el bote y salvar a quien ya habían encontrado. 

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7.- Escondidas: Horas y horas de diversión, de suspenso y de alegría. Contabas hasta 18, 30 o 50 y córrele a esconderte. Era el juego preferido por muchos de los niños de antaño. Se jugaba en el barrio o en el parque.

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