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Opinión

Pragmatismo, purificación y blindaje

Perspectiva

“Nuestra sociedad ha llegado a un momento en que ya no adora al becerro de oro, sino al oro del becerro”

Antonio Gala (Dramaturgo, poeta y novelista español)

Lo que por meses habían sido meras especulaciones se convirtieron en realidades, gracias a la visita del presidente López Obrador a Sinaloa, algunas de las cuales incidirán necesariamente en el entorno político estatal y nacional.

El acto anunciado como inauguración del nuevo hospital pediátrico en Culiacán, se redujo a una visita de supervisión, porque el gobierno federal, concretamente el INSABI, no cumplió con la entrega de los recursos para adquirir el equipamiento del nosocomio; pero se mantuvo para permitir que el mandatario nacional reconociera el trabajo del todavía gobernador Quirino Ordaz, y lo invitara a integrarse a su gobierno una vez que concluya su mandato.

Ya la Secretaría de Relaciones Exteriores que dirige Marcelo Ebrard anunció que López Obrador propondrá a Quirino como embajador en España, lo que implica absolución, purificación, blindaje y exilio. No se integra al gabinete, lo que da idea del nivel del reconocimiento y cercanía con el presidente, quien no quiere involucrarse en eventuales señalamientos y defensas, como sí lo ha hecho con su familia y personajes realmente cercanos. La propuesta de nombramiento debe aprobarla el Senado de la República y habrá que estar pendientes del sentido en que vote Mario Zamora.

Lo cierto es que una línea de interpretación es la gratitud y la compensación por favores recibidos, que no acaban en la cordialidad del trato hacia el presidente. Desde antes de la elección de 2018, se especuló que el gobernador y un grupo de priistas cercanos a él apoyaban al entonces candidato, y se ha venido reiterando al grado de entregarle el feudo. Mucho se habló durante la campaña de entonces sobre actos clandestinos de apoyo, como fue la reunión de AMLO con destacados empresarios agrícolas sinaloenses. Se ha dicho que en esa ocasión el gobernador enviaba señales de apoyo al PRI y su candidato José Antonio Meade, pero “por debajo bolas”, frase que hizo célebre otro exgobernador sinaloense.

Luego del triunfo de López Obrador la afinidad entre ambos personajes se hizo patente, y dejó a la vista que los identifica su tendencia común a dar prioridad al resultado práctico de sus acciones, por sobre cualquier otro valor, incluidos los éticos y morales; ambos son pragmáticos, protagónicos y proclives a la adulación, lo que explica el tráfico de lisonjas que entre ellos ha existido durante los últimos tres años, que para Quirino ha resultado en la expiación de cualquier pecado político que hubiera cometido.

Quedará aún para la especulación si Quirino traicionó al grupo Atlacomulco, que en 2016 lo encumbró como candidato a gobernador pasando sobre una decena de auténticos militantes priistas o si, por el contrario, la escena del hospital pediátrico es parte de una obra mayor como la negociación entre los grupos de López Obrador y Enrique Peña Nieto. La respuesta explicaría por qué este último no ha sido tocado por la escoba de la lucha anticorrupción.

No es posible descartar, como se especuló en 2016, que las relaciones de la familia Ordaz Fuentes con mandos militares del pasado y del presente, hayan sido el factor que orilló al presidente de la República a otorgar la absolución; pero cabe también pensar que recibe un reconocimiento merecido por ser el artífice de la expiración del PRI en Sinaloa, así como de los carros completos en diputaciones federales y casi en diputaciones locales, salvo aquella que algún grupo local no partidista le escamoteó cual si robara un espejo retrovisor.

En el camino quedan truncas las carreras de valiosos cuadros del priismo local como Rosa Elena Millán, quien dirigió el partido durante la campaña de 2016 cuando Quirino fue candidato y que, en un raro acto de justicia política pudiera ser rescatada por el gobernador electo Rubén Rocha Moya; Jesús Antonio Valdez Palazuelos que sirvió con lealtad como secretario de despacho y como dirigente del CDE del PRI, pese a lo cual fue abusivamente avasallado; Sergio Torres que con todo y su bravura fue relegado a un partido que, con su voto por la Ley reglamentaria de la revocación de mandato, ha dado muestra de sometimiento, y Mario Zamora enviado dos veces a perder; o aquellos como Diva Hadamira Gastélum y Aarón Irizar, entre otros que aspiraron a la candidatura a gobernador.

Con su anuncio, López Obrador envió a la militancia morenista el mensaje de que el aún mandatario estatal ha sido absuelto, y con la propuesta de nombramiento fue purificado, por lo que no podrá ser tocado por nadie, haya pasado lo que haya pasado durante su gobierno, protección que de ninguna manera alcanzará a su equipo de trabajo.

Por ello la propuesta del nombramiento de Quirino como embajador en España representa absolución, purificación, blindaje y exilio. Absolución porque se prejuzga que no habrá culpa alguna que perseguir; purificación porque se le acepta en el equipo de trabajo presidencial, como a Napito y otros personajes; blindaje por que el mensaje enviado impide que se investigue su gestión, como algunos diputados morenistas pretenden, y exilio porque no solo lo aleja de la administración de sus negocios, sino también de la política local y particularmente de la administración de Rubén Rocha; y también lo aleja de la eventual defensa de quienes han sido sus colaboradores, quienes no quedan blindados.

El nombramiento plantea más interrogantes que respuestas. Que dirán y que harán ahora diputados tanto de la actual como de la próxima legislatura del Congreso del Estado, que tenían en la mira al gobernador Ordaz Coppel, con temas como el estadio de futbol en Mazatlán, el fideicomiso constituido con recursos de la venta de la casa de gobierno y otros temas?

Prevalecerá la disciplina y el acatamiento de la línea presidencial, o pese a ello se desbocarán las pasiones políticas?

Será por ello que el aun gobernador al entregar su último informe de gobierno al Congreso del Estado, mostró optimismo al anunciar que se va “feliz, contento y sin remordimientos”? Quirino llegó bendecido por Enrique Peña Nieto, y se va glorificado y purificado por Andrés Manuel López Obrador.

El refrán popular queda ratificado: Dios los hace y ellos se juntan.