Icono Sección

Opinión

¿Regresó a clases?

En voz alta

«Quien no enseña con emoción, no tiene qué hacer en la enseñanza»

Jesús Antonio Malacón Díaz

Imagen Placeholder

Cuestionado por el aumento significativo de contagios en México, y muy particularmente en niñas, niños y jóvenes, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó qué: “llueva, truene o relampaguee, habrá clases presenciales”. Tal aseveración la expresó en los días más álgidos de lo que hoy conocemos como, “la tercer ola”. Por otro lado, un par de países informaban a la Organización Mundial de la Salud que se habían identificado nuevas cepas del Sars-CoV-2, cuya característica es que, con motivo de su mutación la posibilidad de transmisión es mayor.

Una vez más, el terror se apoderó de la sociedad y obligó a todos -nuevamente-, los gobiernos del mundo, para que en la medida de sus posibilidades presupuestarias, generaran mayores condiciones de salud a sus habitantes y con ello evitar más contagios. No hay duda, la situación es compleja. Por un lado: el sector económico exigiendo flexibilizar las restricciones y los gobernantes analizando la posibilidad de regresar a nuestras casas.

Por su parte, el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) aplaudía la decisión tomada por algunos países, con motivo del regreso a clases presenciales, que dicho sea de paso, México no fue la excepción de ese reconocimiento.

Previo al inicio del ciclo escolar, un grupo de madres y padres de familia organizados, caminaron por las calles de la Ciudad de México, mostrando estar de acuerdo en regresar a sus hijos a las aulas de manera física. 

¿Recuerdan los colores del semáforo epidemiológico? Ese que todas y todos en algún momento de la pandemia cuestionamos, porqué decíamos que era cambiado de color conforme a las circunstancias del momento. Como recordará, el semáforo cambió de color, cuando inició el proceso electoral y días después, regresó al rojo. 

Los padres de familia, personal docente, administrativo, líderes sindicales, sociedad, entre otros, que alzaron la voz en contra del regreso a clases, utilizaron como argumento que el semáforo estaba en color rojo. -El mismo que en algún momento cuestionaron-. Hoy era utilizado para legitimar su inconformidad. Luego entonces, no hay condiciones de un regreso. 

Frente a esa interrogante, surge otra: ¿Qué es que hay condiciones para el regreso?, ¿Qué momento se considera oportuno para un regreso a clases?

En Estados Unidos, Anthony Fauci ha dicho que conviviremos con el virus, por lo menos, un par de años más. Si pensar que habrá condiciones de un regreso hasta en tanto no exista el virus, pues tendríamos que prolongar el regreso, un par de años. 

La discusión no sólo tendría que versar en la deserción académica que genera la ausencia en las aulas; las múltiples afectaciones que esto genera son incalculables. Se ha demostrado con evidencia psicológica y clínica que las alteraciones en la salud de nuestros Jóvenes, cada día son más evidentes.  

Insisto, el análisis debe centrarse en cómo regresarán nuestros jóvenes a las aulas y no si deben hacerlo; es decir, el regreso no lo cuestiono, prefiero identificar cuáles serán las estrategias adoptadas por el Gobierno de la República, de las entidades federativas y municipios para que el regreso a clases sea seguro. Una política pública eficaz y eficiente en beneficio de las actrices y actores involucrados.

El escenario económico en el mundo, es poco alentador y con motivo, muchas madres y padres de familia, ven en regreso a clases, como la única posibilidad que sus hijos se dediquen a una tarea distinta a la de ellos, que puedan superarse. Ven a través del estudio, el medio para el desarrollo personal y profesional.  

Por otro lado, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que 5.2 millones de estudiantes, no se inscribieron al ciclo escolar. ¿En dónde están esos jóvenes? No hay registro de ellos. En la medida que prolonguemos el regreso, la cifra aumentará y, desafortunadamente, los más afectados son los jóvenes de recursos escasos, los que paradójicamente se intenta proteger.

El regreso a clases es un esfuerzo extraordinario que obliga a todas y todos los actores a involucrarse de manera responsable. 

Recuerde:

El cubre bocas sí funciona;

Lavarnos con frecuencia nuestras manos;

Sana distancia; y

Vacunémonos por aquellos que no tuvieron la posibilidad de hacerlo.

La mejor opinión la tiene usted.

No escribo para nadie, pero todas y todos están invitados a leer.