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Opinión

México, más allá de la muerte (parte 13)

Ad Honorem

La muerte con sus historias y episodios infinitos. La muerte abastecida de experiencia y conocimiento en los caminos del más allá, identifica las rutas hacia un "continuum", en las etapas de la nueva vida.

Y Dante arriba al octavo cielo…el de las estrellas fijas; el de los espíritus triunfantes, presidido por los querubines. Dante vuelve la vista hacia abajo para contemplar las siete esferas por las que ha pasado, y también divisa a la Tierra. "Recorrí, una tras otra, con la vista, las siete esferas, y advertí este globo tal que me hizo reír su vil semblante". "Col viso ritornai per tutte quuante le atte supere, e vidi quesito globo tal, ch io sorrissi del suo vil sembiante". Canto XXII).

Esta esfera presenta a Dante grandiosas sorpresas inesperadas. Surge la aparición en el alba radiante de millares de luces, sobre las cuales brilla, como el sol, Cristo, y su figura en persona:

"Así sobre millares de lucernas vi un Sol que a todas encendía.

 Más el nuestro a las más altas estrellas. 

Y por la viva luz trasparecería tan clara la sustancia luminosa 

que sufrirla mis ojos no pudieron".

"Vid io soprano di lucerna un Sol che tutte quante l accendea, come fa I mostró le viste superen, e per la viva luce trasparea la lucente sustanza tanto chista nel viso mío, che non la sostenea". (Canto XXIII).

El poeta florentino puede ver la figura de Cristo. "La lucente sustanza tanto Chiara"

Ve también a la Virgen María, a los apóstoles y los lirios. "Aquí está la Rosa en la que el verbo se hizo carne; aquí están los lirios cuya fragancia indica el buen camino". La Virgen María, llamada por la Iglesia «Rosa mística». Los «lirios» son los bienaventurados. 

Beatriz pide para Dante el don del entendimiento. Los apóstoles lo interrogan: San Pedro le pregunta sobre la fe; Santiago, sobre la esperanza, y San Juan Evangelista sobre el amor. Dante contesta cada pregunta, y sale airoso del examen.

Continúa el ascenso. Dante sube a la novena esfera, al Primer Móvil, donde residen los ángeles. El Primer Móvil es la mayor esfera del universo. Es movida por Dios, quien al hacerlo genera el movimiento de las demás esferas(Canto XXVII):

"Y este cielo no tienen otro donde

que la mente divina, en la que se inflama

el amor que lo impulsa y la virtud que le llueve.

Luz y amor de un círculo que lo comprende

así como él a los otros; y aquel cinto

que lo ciñe sólo él lo entiende,

No es su movimiento de otro distinto;

más los otros son medidos por este".

Dante y Beatriz vislumbran a Dios, como un punto de luz rodeado de nueve anillos de ángeles. Dante levanta la mirada y ve una señal muy luminosa, circundada por nueve círculos de fuego; el punto, le explica Beatriz, es Dios, y a su alrededor se mueven los nueve coros angelicales.

"Oh esplendor del Señor, por quien he visto el alto triunfo del reino veraz, ayúdame a decir cómo lo he visto. Hay una luz que deja ver la faz del creador a toda criatura que sólo en contemplarla halla su paz, y que se extiende en circular figura de modo tal que su circunferencia sería para el sol ancha cintura. Un rayo forma toda su apariencia, que es por el Primer Móvil reflejado y de él toma la vida y la potencia".

Dante hace a Beatriz partícipe de su asombro. Ha comprendido que la luminosidad es Dios y que los círculos luminosos participan de su divinidad.

Continuará…

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