Cambia la perspectiva

A muchos no les está funcionando la forma en que están viviendo sus días, sin importar el método, rutina o planes que sigan y lo saben, saben que algo se siente como si les aprisionara, les asfixiara y los mantuviera hundidos, sometidos. 

Muchos dicen, que es la pandemia, los problemas, la catástrofe mundial, sin darse cuenta, que son sus propias manos presionando sus cabezas y rodeándoles el cuello. No en vano, se dice que podemos ser nuestro peor juez y verdugo.

Y es que tenemos la costumbre tomar los problemas (incluso los ajenos) y ponerlos en el primer plano de nuestra vida, despertamos pensando en ellos, comemos dándoles vueltas, nos bañamos con los problemas y si, en un reflejo de cansancio o fortuna, logramos caer dormidos, soñamos que tenemos más.

Focalizamos lo que etiquetamos como negativo, cerrando la lente de nuestra perspectiva e ignorando todo lo que hay alrededor, así que mucho cuidado con la película que nos estamos pasando a diario por la mente, que ninguna verdad es absoluta, y la realidad, tienen muchas formas de verse.

Por ejemplo: que la vida no te quita nada, te libera; que muchos problemas son en realidad lecciones, que si no tiene una solución entonces no es un problema; que la vida no es un camino recto y que a veces ni siquiera existe un camino, sino que debemos abrirnos paso entre la maleza para llegar a dónde vamos.

Hoy unos tendrán el mejor día de su vida y otros el peor, si ambos se encontrarán no podrían comprenderse entre sí, como alguien puede estar tan amargado que no le sonríe a un nuevo día y como alguien puede sonreír con tanta hipocresía a la vida que es demasiado difícil.

A estas alturas no necesitas sentir empatía, sino entender, que absolutamente todo es una posibilidad, que las cosas no siempre te van a salir acorde al plan y que habrá días en que todo salga al revés. Son matices, contrastes de la vida, que sin ellos carecería de sentido.

Por ello, es bueno tomar sana distancia de los problemas y mirarlos desde fuera, para alcanzar apreciar el puñado de bendiciones junto a los cuales lucen opacos e insignificantes. 

Cambiar la perspectiva con que se mira, te permite recuperar el control interno, saber que cargas te pertenecen y cuáles no, que cosas están en tus manos y en que situaciones solo te resta fluir.

Ser conscientes, es el gran regalo que como seres humanos olvidamos, cuando la consciencia de lo que somos y vivimos, nos permite ver la belleza de la vida, nos recuerda que cada día es un auténtico milagro, sin importar las altas o bajas, vivirlas sigue siendo una oportunidad para continuar en el camino. A veces, pasan grandes cosas en el mundo y en nuestra vida, y no siempre tenemos el control sobre la situación, pero si sobre la forma en que lo vemos, todo es cuestión de perspectiva.