El enemigo de una mujer

Las mujeres vivimos en una lucha constante, rodeadas de riesgos, peligros y amenazas a nuestra integridad, pero, exactamente, ¿contra qué vamos? ¿qué o quién es el enemigo de la mujer?

En tiempos como los que hoy vivimos, en que se lucha para la erradicación de la violencia contra la mujer, no faltará quien señale al hombre como enemigo, dado que es actor directo en esta problemática.

Mucho menos faltará quien afirme con toda seguridad, que el enemigo de una mujer, es otra mujer; se ha dicho durante años, tras ver como entre mujeres se difama la reputación, se critica duramente y se señala a la otra, en una gran falta de empatía. 

Creo que todos tenemos tanto en nuestra boca como en nuestras manos, la capacidad de destruir a otra persona, porque la violencia no encuentra límites, no respeta ni género, edad o condición. 

Particularmente en las mujeres, no importan los sueños, las aspiraciones, la vida por delante, los hijos que dejamos o la madre que ha de llorar cada día tras la dura partida, de la mujer a quien le fue arrebatada la vida; por la pareja que se sintió su dueño, el desconocido al que se le hizo fácil tomarla cuando la vio pasar o en términos generales, porque un individuo se siente legitimado para ejercer violencia con tal de someter a una mujer.  

Es una realidad que, nos guste o no, debemos aceptar, dentro de nuestro sistema social, los roles de género y los códigos sociales que seguimos transmitiendo de generación en generación, hay una dominancia masculina, que somete a las mujeres. 

Aún en estos días, las tareas domésticas y la crianza de los hijos, se dice una entera responsabilidad de las mujeres, mientras que cualquier aporte que realicen los hombres, se toma como una ayuda, cuando también se trata en ellos de una responsabilidad. Se sigue cosificando el cuerpo de las mujeres, los hombres se siguen sintiendo con derecho sobre nosotras, seguimos siendo blanco fácil para el acoso y el abuso sexual, en cualquier lugar, incluido el propio hogar.  

Y sin importar en donde vivimos, la edad, la condición socioeconómica, el nivel de educación, como vestimos o como somos; te puedo asegurar algo, todas las mujeres coincidimos en que nos sentimos inseguras, porque nuestra realidad es que hemos sido, somos o seremos violentadas en alguna de sus formas. 

Así que, si hay un enemigo contra quien luchar, para acabar con esta dura realidad, dudo mucho que tenga un género en específico y que sea solo uno, los enemigos de una mujer son: los estereotipos femeninos, los paradigmas y roles de sumisión, el modelo social que nos cosifica, la inseguridad de la que somos blanco fácil y el machismo promovido por ambos géneros.

Es la desinformación, los temas que no deberían seguir siendo tabú, es no poder decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida, es la falta de amor propio, es la mentalidad dependiente, es la falta de preparación, es desconocer y no exigir nuestros derechos, es el miedo; el enemigo es tu indiferencia, tu apatía y tu silencio, que nos acompañan hasta la tumba. 

¡Despierta! ¿Qué harás para combatirlo?