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Opinión

AMLO: Diplomacia por dolor y muerte

Punta de Lanza.

01/18/2021

No quisiera verme egoísta… Tampoco inhumano, ni falto de solidaridad para con los hombres y mujeres que habitan los países más pobres del mundo.

No quisiera ser duro en mis críticas con el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, pero mi resistencia a no hacerlo, se vence ante algunas acciones que nuestro mandatario asume en sus funciones constitucionales.

Y es que no puedo tolerar y menos aceptar una decisión que nuestro Presidente acaba de tomar, sin alzar mi voz para reclamar a nombre de millones de mexicanos, eso que considero una gran infamia y desde luego una tremenda injusticia social.

Y es que AMLO acepta reducir la cantidad de vacunas contra el COVID-19 que México tiene pactada con la farmacéutica PFIZER.

¿El motivo del presidente? Atender una sugerencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que una parte importante de las vacunas que corresponderían a los mexicanos, sean canalizadas para su aplicación a los habitantes de los países pobres.

“Los mexicanos podemos esperar un tiempo prudente, toda vez que los laboratorios proveedores nos regresarán después las vacunas que nos corresponden”, dijo Andrés Manuel López Obrador.

Perfecto, señor presidente, es usted un gran ser humano; sin embargo, tengo una pregunta que hacerle:

Señor, ¿y los mexicanos que morirán en esa, sin duda, larga espera también nos los van a reponer?... Digo, es una pregunta.

Pero debo advertir que no me basta esa sola pregunta al presidente, por lo que me permito dirigirle otras.

Señor presidente, ¿debemos entender que México es un país rico y poderoso, y con un sistema de salud tan importante como para sortear la grave pandemia que el COVID representa para nuestra población nacional?

Señor presidente, ¿se puso a pensar que con su solidaria medida su gobierno estará poniendo en riesgo y prolongando el dolor de las miles de familias ya contagiadas por el terrible coronavirus?

¿Cree usted, señor presidente, que su acatamiento a la solicitud de la OMS de permitir el desvío de los antídotos COVID a otros países será avalado y aplaudido por el pueblo fiel y amoroso al que usted, según sus propias palabras, se debe?

Su medida, señor presidente, seguramente causará mucha pena y dolor entre las familias, no solo pobres, sino de todas las clases sociales de México.

Y es que usted sabe, señor presidente, que el coronavirus no distingue ni respeta los rangos separatistas que en la sociedad genera el dinero.

El COVID irrumpe en todas las personas y ese es el alto riesgo que todos tenemos que enfrentar en estos momentos.

Es precisamente esa triste y grave realidad lo que nos ubica ante la urgente necesidad de tener acceso a la aplicación de las vacunas, las cuales por desgracia fluyen de manera muy lenta hacia el pueblo mexicano.

Pero usted, señor Presidente, decide ceder el lote de vacunas ya pactadas con los laboratorios PFIZER, en aras de destinarlas a los habitantes de otros países, quienes sin duda se merecen todo nuestro respeto y consideración, pero que su cuidado no corresponde a la responsabilidad institucional del Presidente de México.

Me despido con la última interrogante: ¿Valdrá la pena el reconocimiento diplomático de la OMS a la cortesía del gobierno mexicano por la decisión tomada, a cambio de pausar la vacunación de los connacionales?;  No se usted, amigo lector, pero YO NO.

Lo que sí creo, es que el intercambio de diplomacia por dolor y muerte, no será digna del aplauso nacional.

Pero nada importa, ya que al menos nos queda el privilegio de saber que ante el mundo ya no somos considerados un país de  pobres… Nos vemos luego.

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