Opinión
Un final precipitado
Foro Joven
10/30/2020
¿Por qué tenía que suceder?
¿Por qué así? ¿Por qué ahora?
¿Por qué a mí?
Preguntas que nos hacemos, cuando sucede algo que impacta, que deja huella, que traspasa todas las barreras y trastoca el corazón. Ese que se nos encoge, cuando nos anuncian la pérdida de un ser querido, porque la muerte viene incluida en este gran regalo, llamado vida.
Muchos se encuentran ahora en una lucha, en la que no saben ni que sentir o como seguir con lo que les queda; que no quieren olvidar, pero cada recuerdo quema; que ya no distinguen el día de la noche y que se sienten muertos en vida.
Porque la muerte más que un llamado, se siente como un final precipitado, como si esta se hubiese empezado a enamorar de los seres que tanto amamos.
El proceso de duelo es por sí solo difícil, porque ni siquiera nos sobran las opciones, la vida continua con o sin nuestro permiso, con dolor y sin sonrisa. La muerte es inminente e inesperada, arrasadora, porque muchas veces no es una sola luz la que se apaga, al morir muchos se llevan un cacho de los vivos y los vivos solo se quedan con un recuerdo de quienes parten.
No es una experiencia que podamos evitar o de la cual salgamos bien librados, es algo que en algún punto nos tocará enfrentar. Si eso pasa o pasara, debemos entender que el dolor es justificado y el llanto es permitido, que las emociones por desagradables que sean, deben vivirse, con fortaleza y compañía.
Porque no hay duelo más difícil que el que se vive a solas, el que se calla, el que se guarda, el que se oculta, el que se pospone y el que se niega, porque entonces, de ser este un trago amargo pasa a ser un duelo patológico o un duelo postergado, que solo convierte el dolor en un sufrimiento prolongado.
Así que, rodéate de tus seres queridos, háblalo, escríbelo, llora, date un tiempo y vive tu propio proceso, que en cada persona es único. Si necesitas de alguien más, no dudes en buscar ayuda de un especialista. Recuerda que tu vida no tiene por qué ir detrás de quien se va, porque aquí hay muchos que te esperan, que te quieren y una vida que te necesita, la tuya.
Esta mañana despertaste, mientras muchos no lo hicieron, porque las personas mueren, cada día, dejando pendientes, la cama sin tender, el café enfriándose sobre la mesa, dejando una llamada o unas palabras sin pronunciar, la gente muere sin siquiera alcanzar a despedirse.
Pero si lográramos captar de esta experiencia, una enseñanza, tal vez tuviéramos conciencia de que podemos partir de este mundo en cualquier momento, nos dejaríamos de cosas banales, valoraríamos más el hecho de estar vivos, aceptaríamos la muerte y afrontaríamos la vida.
Con valor, con ganas, con respeto, con amor, con algo más que buenas intenciones, con voluntad y entereza.
Si entendiéramos que los finales precipitados existen, que no todos llegaremos a viejos, que ni siquiera tenemos garantizado este día completo; sé que no quedaría lugar para los miedos, ni para la ira y el rencor, se acabarían las apariencias y sabríamos que no hay tiempo para hacer la guerra.
Sé que amaríamos sin miedo, perdonaríamos sin titubear, agradeceríamos a cada minuto y viviríamos con intensidad.
Cuéntame, ¿Qué harías distinto de saber, que te quedan los días contados?
FB: Aracely Ceballos (Chely)
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