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Opinión

Pensamiento en acción

Ad Honorem.

Somos pensamiento en acción. Cada persona es idea y formación intelectual. Tenemos la capacidad de elaborar por medio del raciocinio, representaciones de la realidad. 

Nuestra condición de seres humanos fija alcances con capacidades concretas: generar ideas, desarrollar creaciones de la mente, acceder a procesos racionales o alcanzar abstracciones del medio ambiente y la imaginación; son parte del conjunto de las potencialidades humanas.

Pensar es una mezcla de ingredientes creativos de aprehensión; en la que inteligencia y razón, forman conceptos e imágenes; se hacen preguntas, plantean dudas y forman juicios.

René Descartes desde hace siglos, dio un salto enorme en la comprensión del proceso reflexivo, al explicar con su frase célebre: “Dubito ergo cogito, cogito ergo sum” -Dudo, luego pienso; pienso, luego existo- En esa virtud, el gran filósofo y matemático francés, se detuvo a reflexionar, ante todo, en la duda -la denominó, la duda metódica- teniendo en cuenta que el hecho de poder dudar, es un reflejo de nuestra capacidad de pensar y razonar; de acceder al mundo estrecho de relaciones y asociación de ideas, movidas por el pensamiento y la formación de conocimiento.

Ser pensamiento en acción, es una expresión que ilustra el contenido de la esencia humana y social, histórica y científica. ¡Somos lo que pensamos y hacemos, y el principal patrimonio es el pensamiento!

La humanidad es la historia de la evolución y el desarrollo de las ideas. Como resultado de mentes brillantes, de mujeres y hombres universales que tuvieron el impulso creativo de la imaginación, al actuar, inventar,diseñar o construir. Con el paso de los años, el aprecio de sus obras y realizaciones perdura; dejaron con su producción, un legado a la posteridad; hijas de su tiempo que retratan estilos, características, detalles y hechos de su época. 

¡En el pensamiento está la creación de todo! El origen de las ideas geniales...mitos y realidades del pasado y del presente; invenciones y fantasías; convicciones o revelaciones. El tiempo las convirtió en voces perdurables de la historia. Han llegado a nosotros; están presentes, las tenemos a la vista y disponemos de ellas. Sobrevivieron a la humanidad; a la indiferencia o animadversión de comunidades, congregaciones e individuos. Así, bañados por el polvo del tiempo, o enseñoreados a la vista de propios y extraños, hay edificaciones, esculturas, pinturas, libros, partituras, inventos, y las más variadas formas de expresar el intelecto. 

El pensamiento sin fronteras; de tiempos antiguos o recientes, cerca o lejos. Los siglos preservaron su belleza o su mensaje. Las ideas y enseñanzas que contienen siguen vigentes, nunca perdieron actualidad. Su influencia nos envuelve, con marcada resonancia en la vida actual. 

El pensamiento es tesoro de eruditos, artistas, filósofos, literatos, profesionales y técnicos. Sumergirse en sus cofres, en sus valores e ideas estéticas e intelectuales, es una oportunidad que todos tenemos, para admirarlos en su disfrute, estudio y aprendizaje.

Apreciar y apropiarse de las obras del pensamiento, es un lujo que cuesta poco, muy poco. Representa la ocasión para aproximarnos a las ideas transformadoras y al conocimiento.

Una inquietud de cualquier persona sobre una construcción del pensamiento intelectual o artístico, merece una recompensa. El universo de las ideas tiene siempre una respuesta a la curiosidad por conocer o al interés por aprender. Si sumamos la experiencia y el pensamiento propio, al pensamiento consagrado, el resultado será espectacular. Adquiere formación, gusto y emoción.

¡Compartamos el saber, como privilegio que honra!

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