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Opinión

¿Qué día concluirá la pandemia?

En Voz Alta.

“La inteligencia es la capacidad de adaptarse al cambio”.

Stephen William Hawking

En mi colaboración inmediata anterior, - La Covid – 19 y su despreciable método de ilustrarnos-, intenté realizar una relación objetiva, que nos permitiera dilucidar con elementos, la trascendencia jurídica, política, social, cultural, histórica, entre otras; la importancia de un voto racional y no emocional, con motivo, desde luego, de la SRAS – CoV2 (Covid – 19), reconocida así, por la Organización Mundial de la Salud, que no solo afectó a México, sino al resto de los países del mundo.

Además, destaqué, por una parte, el esfuerzo significativo realizado por las autoridades estatales en materia de prevención, del mismo modo, señalé todas aquellas acciones que en mi opinión, fueron erróneas. ¡Habrá que seguir atentos!

No obstante, será la voz de la ciudadanía la única oficial que podrá juzgar el cúmulo de aciertos y errores cometidos por nuestros representantes municipales, estatales y federales. 

La pandemia nos mostró, -entre otras cosas-, el lado más humano y solidario de las personas, que sin dudarlo, se sumaron a los esfuerzos de sus pares y apoyaron a quienes más lo necesitaron, pero también exhibió el perfil perverso y oscuro de otros, que sin importarle los daños que pudieran generar, compartían información no oficial, de manera dolosa, generando un ambiente de pánico y psicosis en la sociedad.

Por otro lado, se ha señalado en distintos foros que las cifras expuestas por las autoridades distan por mucho, de la realidad. No lo dudo. Lo cierto es que hay un enorme egoísmo social. Supongamos que el dueño de los tacos de mi colonia es positivo del virus, éste no dirá nada por temor a disminuir sus ventas. De ese modo, la autoridad no podrá contabilizar ese caso positivo y el virus se seguirá propagando. Esto contribuye a la percepción de cifras maquilladas.

De ahí que, la contingencia ambiental nos comprobó nuestra incapacidad de adaptarnos a la realidad. La vida nos abofeteó y obligó a colocar los pies sobre la tierra, nos recordó, que abrir los ojos cada día es un logro que otro no pudo alcanzar, una meta que alguien más no pudo cruzar.

A través de las redes sociales, basta decir: “dicen qué”, en relación al virus, para desconcertar a las personas, y asumiendo reales esas notas, trajo como consecuencia natural, que muchos hombres y mujeres, debilitaran sus sistemas inmunológicos, colocándolos como candidatos a contraer el virus, y en el peor de los escenarios, costándole la vida.

Era tanta la información verificada y no verificada, que causó un efecto negativo en muchas personas. Celebramos que el Gobierno del Estado de Sinaloa, hayan puesto a disposición ayuda psicológica gratuita a través de medios electrónicos.

Surge un pregunta, ¿qué día concluirá la pandemia? No hay fecha fatal, solo son estimaciones.

En México, nos hicimos pedazos discutiendo si el actor y comediante Eugenio Derbez, decía o no la verdad, ¿por qué? Hoy dar, y pedir ayuda, se volvió un asunto catastrófico. Lo cierto es que ningún hospital en el País está preparado para atender a millones de enfermos con motivo de la Covid – 19, ¿por qué pelear por la forma si el fondo debería unirnos como sociedad?

En un país como el nuestro, en donde existen enormes desigualdades sociales, el virus golpeó al rico, porque su recuperación depende del que menos tiene. Qué ironía, ¿no?

Gobernantes, entiendan y coloquen los intereses colectivos, por encima de los individuales.

Me duelen las pérdidas humanas que registra la pandemia en Sinaloa, nuestro querido Navolato no es la excepción. Cuesta mucho esfuerzo quedarse en casa porque en muchos casos implica no recibir alimentos ese día. Si tu salida es obligada, hazlo llevando a cabo todas les medidas que higiene que indican las autoridades.

Ahora que tengo su generosa atención, respetuosamente les digo: hagamos un esfuerzo extraordinario para aprender a adaptarnos a los cambios, ninguno será negativo en la medida que tú así lo provoques, y es que nos han dibujado una “nueva normalidad”, como un valor en perjuicio de sus integrantes, y no tiene por qué ser así, nuestra próxima incorporación a la realidad, será, insisto, en beneficio de todas y todos.

En lo personal, me aterra la idea de la posibilidad de no volver a ver a un familiar, amigo, conocido con motivo de la pandemia. Sigamos atentos de las recomendaciones, y dejemos de compartir información no corroborada por fuentes oficiales. Disfruta la vida como si hoy fuese nuestro último día. ¡Nos vamos a poner de pie! ¡Cuídense mucho!

Por último, me sumo a los ruegos mundiales por la pronta recuperación de todas y todos los enfermos diagnosticados con la Covid – 19.

No escribo para nadie, pero todos están invitados a leer.

El que tenga oídos, que oiga.