Icono Sección

Opinión

Expectativas

Pensándolo bien.

Gema Sánchez Cuevas, psicóloga de la Universidad de Salamanca, nos dice: “nutre tus intenciones, no tus expectativas”.

A veces, nos quedamos esperando a que todo suceda como pensamos, a que nos traten como nos merecemos. El problema es que la realidad no se rinde a nuestra voluntad, no tiene en cuenta nuestros deseos. Por lo tanto, en lugar de esperar a que la magia ocurra por sí sola, más vale nutrir nuestras intenciones de actos y salir en su busca.

Somos expertos en crear expectativas, en generar realidades ficticias que, en un gran número de ocasiones, terminamos por creer. ¿Quién no ha fantaseado con su futuro? Si bien pensar con perspectiva es necesario, cómo lo hacemos y qué tipo de relación mantenemos con ello también es importante.

No olvidemos que es mucho más sencillo crear probabilidades, contarnos historias y construir fantasías que cumplirlas. A menudo, tenemos muchas intenciones, pero ignoramos que para obtener sus frutos es necesario nutrirlas y cuidarlas. Porque nada crece si no se cultiva -al menos de forma saludable-. De ahí, que a lo largo de nuestra vida vayamos coleccionando un gran número de opciones que se quedan suspendidas en el aire.

El problema es que vivimos pensando que la vida funciona como queremos y que los demás tienen que tratarnos como merecemos. De ahí que cuando no ocurre, nos frustramos, nos enfadamos y experimentamos un gran sufrimiento.

¿Qué esperábamos que sucediera y qué pasó en realidad? Es una buena pregunta que nos señala el detonante de cómo nos sentimos cuando todo se derrumba a nuestro alrededor.

Así, somos esclavos de nuestras expectativas y ni siquiera nos damos cuenta. Olvidamos la importancia de los hechos y del cultivo de nuestras intenciones para que todo sea posible. En lugar de ello, vivimos esperando y mientras, se nos escapa la vida.

(Hasta aquí Gema Sánchez).

Comentario de JPR:

De hecho, el futuro no puede ser programado a nuestro gusto. Si no fuera desconocido, el futuro sería como un presente que se repetiría sin fin, y la vida ni ha sucedido ni sucede así.

En realidad lo único del futuro que siempre será lo mismo para todo ser vivo, es la propia muerte.

Tal vez tienen razón entonces quienes sostienen que la expectativa del futuro solo se realiza parcialmente para algunos, mas no para todos.

Hemos aprendido pues que, para todos, solo la muerte está ahí en el futuro.

Teniendo en cuenta las limitaciones a las que está sujeto nuestro deseo futuro, podemos ir preparando en el presente las condiciones para que se puedan dar algunas de nuestras expectativas, como recomienda Gema Sánchez.

Con todo, no podemos olvidar que el futuro solo es incierto e inseguro; así es, aunque usted ya sepa lo que resulta ser lo único cierto y seguro en su futuro. 

Así que (“deunavez”) descanse en paz.

Piénsele bien y seguiremos platicando.

WhatsApp 6688568565 

jperezrobles@gmail.com


MÁS DE Javier Pérez Robles