Una legislatura sui géneris

La reflexión del diputado de la legislatura actual en Sinaloa, Sergio Jacobo Gutiérrez, parte de un análisis descriptivo de cada uno de sus pares. No se ve muy eufórico ni se le percibe con ganas de pronosticar a corto tiempo una posición dominante de su bancada.

Hace un recuento de la productividad legislativa y la califica de improductiva. Los acontecimientos y la indisciplina parlamentaria le parece más que un retroceso, una analogía con los grupos disidentes universitarios de la década los setentas cuando existían los “enfermos”.

Los “neoenfemos”, dice el diputado al referirse a las posturas o actitudes radicales e inamovibles de algunos de sus compañeros, nos invitan a un trabajo más serio, más responsable y a pensar en proyectos políticos que beneficien a la sociedad y no a los partidos.

La fracción parlamentaria del PRI mantiene un objetivo claro y congruente, nuestra función es elaborar leyes, somos un poder diseñado para eso, no para interferir con los otros poderes, por eso, dice Sergio Jacobo, lo nuestro es legislación y gestoría social.

Al referirse a la mayoría en el Congreso, a la bancada de Morena, sólo describe a cada uno de ellos y de ellas como legisladores cuya curva de aprendizaje será larga, en tanto la mayoría de ellos no arrastran experiencia en ninguno de los poderes, y para algunos, el poder los puede marear.

En relación a las fracciones minoritarias y a la legislatura en su conjunto, Sergio Jacobo ve una Cámara “sui géneris”, una legislatura que levantara vuelo despacio, una novedad en la historia del Poder Legislativo.

Al referirse a su partido, el PRI, su lenguaje no verbal denota preocupación y sus palabras son cautelosas, pondera positivamente a su actual dirigente estatal. Dice que Jesús Valdés, a pesar de ser un buen cuadro, no puede hacer todo, piensa que la dirigencia nacional de su partido debe hacer algo ya, reinventarse o plantear un programa que levante la esperanza de sus seguidores.

Como cualquier político visionario, Sergio Jacobo asegura no tener de momento ninguna otra aspiración que no sea cumplir con su tarea legislativa, las formas y su disciplina partidista así se lo indican.