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Opinión

Tecnología y Sociedad

Pensándolo bien.

José Mariano Biaus, psicólogo argentino, se cuestiona si “el uso de la tecnología ¿nos acerca o nos aleja?”, y dice:

Que las herramientas de comunicación nuevas son útiles nadie lo discute. Bien utilizadas son excelentemente positivas porque sí ayudan a acercarnos. Por ejemplo, una videoconferencia puede acercar personas en diferentes lugares del mundo y darles la opción de verse las caras, las redes sociales son vías válidas para encontrar personas que hace tiempo que no vemos y volver a estar en contacto. 

El dilema aquí radica en el mal uso y abuso de estas herramientas, sobre todo entre los niños, adolescentes y jóvenes. Muchos de ellos pasan horas frente al celular esperando respuestas de sus amigos en las redes sociales. También se pasan horas sin mirar a alguien que tienen enfrente porque el smartphone los tiene atrapados, basta con salir a la calle y encontrarnos esta escena todo el tiempo y no sólo entre los más jóvenes sino también entre los adultos.

El mal uso de estos artefactos, al alejarnos de relaciones cercanas y cálidas, tarde o temprano nos hace sentir fuera de centro, mal con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea, y para algunas personas puede desembocar en un estado depresivo.

Darles un uso adecuado a las nuevas tecnologías es el mejor camino para no perder el contacto humano. Por ejemplo, puedo enviar y recibir mensajes, pero en ese ida y vuelta, lo que podría hacer es concertar una cita para encontrarme con la o las personas con las que estaré hablando personalmente más tarde.

Mirarnos las caras y poder establecer un contacto real con el otro nos hace crecer, nos nutre y nos enriquece, por eso la propuesta es: menos "WhatsApp" y más encuentros cara a cara.

(Hasta aquí José Mariano Biaus).

Comentario de JPR:

La realidad es que el siglo 20 se caracterizó por la serie de inventos tecnológicos que cambiaron las formas de relación social: la televisión, el teléfono, la radiocomunicación, el automóvil, el avión, etc., influyeron radicalmente en las normas sociales. El celular es la última de esas aplicaciones, pero tiene muy parecidas formas de relación social que las de sus antecesores. Los adultos tenemos la tendencia a olvidar nuestras adicciones a la tecnología de nuestra época y nos gusta pensar que tales adicciones empezaron con los jóvenes de este siglo 21.

No cabe duda de que existirán malas influencias en algunos por el uso obsesivo de un instrumento como el celular, pero también a muchos les interesa que sus hijos estén comunicados instantáneamente con alguno de sus padres.

¿Eso es bueno o es malo?: Pues la lógica es que será tan bueno o malo como la comunicación personal que haya en la familia…

Las formas de interacción entre los jóvenes por generaciones anteriores han tenido cierta secrecía frente a la suspicacia adulta, haya sido como haya sido el avance de la tecnología de entonces.

Si usted se comunica abiertamente con sus hijos, no temerá el uso que le den al celular, respetará sus secretos si lo tienen, como lo haría con cualquiera de sus amistades o parientes y tendrá mucho menos conflicto al respecto.

Por ejemplo, las reglas que imponga la jefa de la casa, como la de no usar el celular mientras se come, todo el mundo las comprende y dejarán el instrumento en algún lugar asignado para todos desde antes de sentarse a comer.

Mire, el tiempo pasa, despreocúpese. Evite los miedos sobrantes.

Piénsele bien y seguiremos platicando.

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