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Opinión

Meade… ¿la liebre del galgódromo?

Punta de Lanza.

08/17/2017

La recientemente celebrada XXII Asamblea Nacional del PRI a través de la cual surgieron importantes y trascendentales acuerdos, originó una especie de ola gigantesca en el ámbito político de México.

Y es que, propios y extraños, se volcaron hacia la hipótesis de que tras la celebración de ese evento de corte partidista, se dejó en claro que el PRI ya tenía candidato.

La apertura de dicho instituto para que su candidatura presidencial pueda recaer en un ciudadano sin militancia partidista, dio origen a esa especie de tsunami político.

Y en ese tenor el nombre del actual Secretario de Hacienda de la nación, José Antonio Meade Kuribreña, empezó a rebotar de boca en boca, cobrando una fuerza inusitada en todos los estados de la República Mexicana, al grado de que muchos se han ido ya a la cargada por considerar que es el bueno para enarbolar la lucha por la presidencia de la República en las elecciones del año entrante.

Y en efecto, el nombre de José Antonio Meade, por su calidad de hombre, sin ningún historial dentro de las tareas tricolores, es analizado desde ese momento no solo por las clases priistas de México, sino de igual manera por los actores pensantes y actuantes del resto de los partidos políticos.

La caída del famoso candado que prohibía a un hombre o mujer sin militancia priista alcanzar una candidatura es para muchos el claro y contundente destape del hombre que maneja las finanzas del país.

En ese entendido, puedo comentar que este hecho nos deja claramente establecido que el PRI es el partido que mayores expectativas genera en el escenario político nacional, y desmiente de hecho los discursos y opiniones que hablan de que el famoso y legendario instituto tricolor vive sus últimos meses de gloria.

Si así fuera, pocos se preocuparían por lo que los dirigentes del PRI hacen o dejan de hacer en torno no solo a los cambios de sus estatutos o planes de acción por emprender, sino también por descubrir la identidad de quien podría ser su candidato al proceso electoral del 2018.

¿SERÁ MEADE LA LIEBRE ELECTRONICA?

Sin embargo, no podemos pasar por alto el hecho de que si bien es cierto que el nombre de José Antonio Meade Kuribreña cobró fuerza inusitada tras la celebración de la asamblea nacional del PRI, también lo es que a la par surgieron diversos comentarios encaminados a suponer que la apertura del PRI para que la candidatura pueda recaer en un ciudadano independiente, sería quizá una interesante comedia montada al más puro y rancio estilo de los viejos caciques de dicho partido.

Una burda cortina de humo para dejar al descubierto y descobijado ante posibles ataques tanto de amigos íntimos como externos al único personaje del grupo de presuntos candidatos que carecen precisamente del viejo y hoy eliminado requisito de la obligada militancia.

Así las cosas, y desde mi óptica muy personal he llegado a pensar en la posibilidad de que la figura de José Antonio Meade pudiera estar siendo lanzada a personificar y dar vida a la liebre electrónica de un galgódromo.

Es decir, la idea de destrabar el candado que le impedía ser candidato del PRI por su calidad de ciudadano sin partido, pudiera obedecer a la malsana intención de lanzarlo a la pista del galgódromo y exhibirlo como la presa a seguir por la “perrada”.

En esa carrera por la sobrevivencia “la liebre Meade” tendría que demostrar a sus apostadores su capacidad de lucha por la sobrevivencia, así como su entereza, fortaleza y capacidad para esquivar a sus letales acosadores.

Claro, habrá quien alegue en el sentido de que la liebre electrónica del galgódromo nunca es alcanzada por los veloces galgos y que en ese entendido el personaje “enliebrado” llegaría a feliz término con su prueba superada y la candidatura bien ganada…Pudiera ser.

Pero, retomando el sentido figurado de la “liebre”, podría también existir la posibilidad de que, quienes no comulgan con que el jefe de la SHCP salga bien librado de esa imaginaria carrera, traten de generar un desperfecto en el sistema que da vida al falso animal, y hacer que ruede por el suelo y sea alcanzado y destrozado bajo las garras y dientes del feroz grupo de perros.

Y es que se dice que en la guerra y en el amor todo se vale,  y aún más grave sería si a la fórmula le agregamos el ingrediente de la política… Puede o no, puede ser… Me voy.

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