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Opinión

Javier Duarte… Lo aplastó la bota

Punta de Lanza.

04/19/2017

María Amparo Casar, en su calidad de Presidenta de “Mexicanos contra la corrupción y la impunidad”,  lo dijo de manera clara y puntual: "Son por lo menos 11 los exgobernadores de México que se encuentran en investigación por actos de corrupción”.

Pero los mexicanos exigen ahora que no solo se señale a los políticos bribones, sino que sean castigados judicialmente y se recuperen las millonarias sumas de dinero robadas.

Y agrega el pueblo: de falsas promesas de justicia y renovación moral está saturada la historia política de México.

De cualquier manera, hoy en día la esperanza del combate a los traidores a la patria asoma su rostro, y así debiera entenderse con la reciente detención de dos exgobernadores.

1.- Tomás Yarrington, quien encabezó el estado de Tamaulipas en el periodo 1999- 2005, ya está sobando barrote.

El mal servidor público se ocultaba en el lejano país de Italia y, paradójicamente, fue allá donde la Interpol le puso la bota encima.

2.- Javier Duarte, quien gobernó Veracruz durante el periodo 2010- 2016, fue arrestado también por la Interpol en el extranjero.

El veracruzano se ocultaba de la mano de la justicia en Guatemala, zona donde se mueven los famosos malandrines conocidos como los “salvatruchas”… Y, paradójicamente, al jarocho malandrín allá mismo le cayó la trucha de la justicia.

Pero, mientras la polémica se desata por toda la geografía nacional en torno a la persecución y arresto de políticos corruptos, en Sinaloa corre la sangre.

Ríos del rojo elemento emanado de los cuerpos humanos perforados por las balas manchan calles y banquetas, cerros y arroyos, montes y valles, sin que alguien lo pueda evitar.

Muertos y muertas, producto inerte de la guerra que se libra entre bandas  enemigas de grupos del crimen organizado, según opinan pueblo y gobierno.

Y aunque no podríamos restar mérito al esfuerzo que realiza tanto el Gobierno Federal como del Estado por rescatar la seguridad pública, es evidente que los logros buscados no se observan.

La ola de crímenes, asaltos, desapariciones forzadas y robo de vehículos a todas horas del día aplastan todo signo de éxito por parte de nuestras autoridades.

La propia celebración de la semana santa, fue despedida con más de 36 asesinatos, y la mejor explicación que escuchamos decir a la autoridad es que en años anteriores las cifras de asesinatos fueron más elevados.

Ayer mismo, la autopista Culiacán-Mazatlán tuvo que ser bloqueada al tránsito vehicular luego de que grupos de individuos fuertemente armados hicieron suya la zona ubicada a la altura de la caseta de peaje de Mármol y la convirtieron prácticamente en zona de combate.

No entendamos entonces cuando las autoridades nos dicen: "Vamos muy bien en el rubro de la seguridad pública, y todo se debe a una mala percepción de las cosas por parte de la sociedad sinaloense…" ¡¡Qué pena!! 

Y es que el propio Julio César Romanillo, Vicefiscal de Justicia nos dijo en entrevista con la mesa de análisis político del noticiero Fórmula Noticias, que dirige el colega y amigo Víctor Torres, que en Sinaloa no se puede hablar de un fracaso en materia de seguridad… Impecable el optimismo de Julio César.

Resulta que el fundador, promotor, dirigente y propietario del Partido Sinaloense (PAS), Héctor Melesio Cuén Ojeda, desde hace tiempo se ha dedicado a promover iniciativas de ley sin ton ni son y de colores y sabores al gusto y disgusto de la gente.

No está mal que Héctor Melesio se preocupe por tratar de reorientar el rumbo y destino de nuestras leyes por senderos de mayor bienestar social; sin embargo, creo que no es conveniente para su causa el desmedido afán de protagonismo político en que está cayendo.

Ahí está la última “Melepifia”, en que incurrió al tratar de orientar una iniciativa de ley en aras de acallar la libertad de expresión y evitar que algunos adversarios políticos le peguen a través de redes sociales y columnas de opinión.

Cuén Ojeda se dio cuenta de su grave error y se vio obligado a retirar la iniciativa y llamar a dialogar a un par de líderes de agrupaciones de periodistas para ofrecer disculpas y enviar, asimismo, un mensaje de paz a todo el gremio.

Pero el personaje de marras no está  muy convencido de la reversa obligada, por lo que arremete de nuevo al decir… “La libertad de expresión no es propiedad de nadie”… Bien dicho, pero tampoco es suya como para permitirse coartarla mediante una iniciativa de ley orquestada para sus intereses personales, y manipulada por  políticos y ciudadanos que a la vez él mismo manipula.

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