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Opinión

El nuevo fiscal debe tener credibilidad

El Puente.

No son pocos los requisitos legales que los aspirantes al cargo de Fiscal General del Estado tuvieron que cumplir para participar en el proceso de selección, que ya está en su etapa final, bajo la responsabilidad del Poder Legislativo local.

Para colocarse en la terna, de la cual saldrá el primer titular de esta nueva dependencia, Óscar Fidel González Mendívil, Juan José Ríos Estavillo y Julio César Romanillo, acreditaron ser ciudadanos mexicanos, licenciados en Derecho, contar con 9 años como mínimo de ejercicio profesional, no haber sido condenados por delito doloso y gozar de buena reputación.  

Este último requisito, gozar de buena reputación, es una cualidad indispensable para que quien resulte electo como nuevo Fiscal General del Estado pueda desempeñar, aunque sea de inicio, esta delicada responsabilidad, con el respaldo de un amplio sector de la sociedad sinaloense.

Usted se preguntará con justa razón: ¿Por qué es tan indispensable que el primer Fiscal General de Estado de Sinaloa cuente con una buena reputación?

Al mismo tiempo, se podría cuestionar: ¿Acaso no es más importante que el funcionario cumpla con los requisitos de experiencia y capacidad profesional?

Al respecto habría que decir que el hecho de contar con buena fama pública es más que un simple requisito legal, es el soporte esencial que le dará credibilidad al Fiscal General.

Además, al cumplir con esta cualidad, se beneficiaría de entrada, no sólo al nuevo fiscal, sino a todo el proceso de selección del mismo, que tiene su origen desde la participación de la Coordinación Ciudadana del Consejo Estatal de Seguridad.

Elegir a un Fiscal General que cuente con la opinión positiva de un amplio sector de la sociedad, o al menos que no tenga tantos negativos, también sería de beneficio para el Gobernador del Estado, Quirino Ordaz Coppel, quien seleccionó la terna de finalistas.

Sin embargo, la institución más beneficiada sería el Congreso del Estado, claro, si la decisión resulta acertada, pero el Congreso también está en riesgo de ser el más criticado, si el seleccionado resulta vulnerable, como podría ser el caso de dos de los tres finalistas que ya desempeñaron una responsabilidad similar y arrastran más negativos que positivos, como consecuencia del desgaste que deja el desempeño del cargo más difícil del gabinete estatal.

La LXII Legislatura está a punto de tomar una de las decisiones más importantes, que podría, incluso, representar el inicio de una nueva etapa en la historia política de Sinaloa, por todo lo que se espera de la Fiscalía General del Estado, principalmente en el tema que hoy más reclama la sociedad: la lucha frontal contra la corrupción y la impunidad.

El Congreso tiene la última palabra.


GRAFITI

Qué manera de exhibirse… Bien dicen que todos los seres humanos somos racionales, pero no por ello somos todos inteligentes.

Lo anterior se demostró durante la comparecencia de los tres finalistas para el cargo de Fiscal General del Estado ante un grupo de diputados locales y reporteros de la fuente, el pasado jueves.

Uno de los aspirantes sorprendió a varios de los presentes cuando dijo que la Procuraduría de Justicia del Estado (PGJE) no sirve y que ya es obsoleta. La expresión llamó la atención, no por lo que dijo, sino porque quien lo dijo fue titular de la misma PGJE, hace alrededor de 16 años. “Si no pudo con la responsabilidad en ese entonces, ¿podrá ahora?”, secretearon varios.

En respuesta, otro de los integrantes de la terna, quien también formó parte de la PGJE, pero en la anterior administración estatal, y para quien todo indica iba destinada la inesperada crítica del primero, se defendió de inmediato y argumentó que si el aparato de justicia no funcionó fue porque el mando superior asignó tareas de prevención del delito a la Policía Ministerial, cuando se supone que es el brazo auxiliar del Ministerio Público, cuya  función principal es la investigación, no la prevención del delito.

En su afán por aparecer como críticos y hombres preocupados por la impartición de justicia, tanto Óscar Fidel González Mendívil como Julio César Romanillo, protagonistas de esta polémica, se fueron de bruces y cometieron el mismo error… Escupieron para arriba.

Twitter: @victortorres_mx



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