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Opinión

La Memoria Infantil

Pensándolo bien.

Natalia Vivas García, psicóloga española, nos dice: Investigaciones científicas indican que los primeros recuerdos de la mayoría de las personas datan de los tres años y medio, antes de ese tiempo se produce lo que se conoce como "amnesia infantil". Sin embargo, estudios más recientes realizados con niños sugieren que sus primeros recuerdos probablemente son más antiguos pero que al crecer los vamos olvidando y nuestras primeras experiencias provienen de los seis años.

Un estudio realizado en la Memorial University of Newfoundland descubrió que los niños canadienses eran más propensos a recordar sus primeras experiencias de juego solitario y las transiciones personales, como cuando comenzaron la escuela o se mudaron de casa. Obviamente, el entorno en el que crecemos determina la importancia que le daremos a unas u otras experiencias, dependiendo de los valores que se promuevan.

Aún no se sabe a ciencia cierta por qué algunas experiencias ocupan un lugar especial en nuestra memoria mientras otras se borran. No obstante, no queda duda de que los recuerdos más tempranos de la infancia que tienen los adultos se refieren a acontecimientos con un gran significado emocional; algunos son eventos negativos, como los accidentes y las lesiones sufridas, otros son experiencias felices como un día de fiesta o de excursión. De hecho, las investigaciones más recientes indican que nuestros primeros recuerdos podrían no ser experiencias al azar, sino que reflejan los detalles más significativos de nuestra infancia o incluso representan una parte de nosotros que nos interesa conservar. 

Además, esos recuerdos también se convierten en la materia prima que utilizamos para configurar nuestra identidad, nuestro “yo”. La persona que somos se debe, al menos en parte, a los acontecimientos que nos moldearon, a cómo los enfrentamos e incluso a cómo los recordamos ya que la memoria no es una copia fidedigna de lo ocurrido, sino que se reinventa continuamente.

Por consiguiente, muchos de los recuerdos de nuestra infancia en realidad son datos que retuvimos, ya sea de forma consciente o inconsciente, porque son importantes para comprender quiénes somos y por qué estamos en este punto de nuestra vida. Por una parte, esos recuerdos son positivos ya que nos permiten mantener cierta coherencia, pero también pueden convertirse en obstáculos que nos impidan crecer, sobre todo cuando se trata de memorias traumáticas. 

En esos casos, debemos tener presente que no podemos regresar y reescribir nuestra infancia, pero podemos ver con qué recuerdos nos quedamos. Por supuesto, no se trata de intentar borrarlos, pero sí de revalorar su impacto emocional. El pasado nos ayuda a entendernos, pero no tiene por qué definirnos y, sobre todo, no tiene por qué escribir nuestro futuro.

(Hasta aquí Natalia Vivas).

Bueno, podría yo decir que “el lugar geométrico” de toda la teoría psicoanalítica es precisamente esa memoria infantil original y sus vicisitudes. Por tanto, no tengo nada qué agregar a este valioso escrito.

Usted solo piénsele bien y seguiremos platicando.

jperezrobles@gmail.com


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