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Opinión

Sin barbas no es Santa Claus

Corte y Queda.

12/09/2016

Navidad, época de amor y reencuentro. El 24 de diciembre nos reunimos en familia para convivir y compartir. Es la festividad más importante del Cristianismo, pues conmemoramos el nacimiento de Jesucristo en Belén.

Pero, como a todo, le hemos dado diferentes significados y ha dejado de ser una festividad solemne religiosa para convertirse en una fiesta llena de excesos, en todos los sentidos, y arrojada por completo al consumismo y al gasto desenfrenado.

La televisión se llena de anuncios de Santa Claus y sus renos con todas las ofertas y promociones habidas y por haber. Pero esto es tema ya tocado en un par de columnas anteriores, ahora el tema es a todos aquellos a los que no les gusta esta época.

Aquel individuo al que no le gusta la época decembrina le llamamos “grinch”, término acuñado en primera por el reconocido autor estadounidense Dr. Seuss, pero adoptado nacionalmente a partir de la película del 2000 del mismo nombre, el cual significa gruñón o aguafiestas.

Si las fechas son de dar amor ¿por qué hay gente que se niega y le molesta todo lo que esto representa? ¡Pues precisamente por eso! Eso de tener que poner el árbol de Navidad a muchos les da flojera, tanta luz, tanta esferita, tantos adornitos son insufribles, en serio que te tiene que gustar o que la esposa te ordene a instalar todo porque, de otra manera, pues simplemente no creo que algún hombre lo haga con gusto. Digo, no quiero generalizar, pero en serio que a veces pasa que estamos en marzo y los foquitos de afuera siguen colgando.

Aquellos que están solos, sin pareja y tienen más de 25 años de edad, pero tienen que chutarse a los sobrinos, las esposas y esposos de los hermanos, a todos los invitados, los villancicos, los abrazos, etc., pues definitivamente odian la Navidad.

Y que decir del tráfico, las tiendas abarrotadas, el frío insolente o el calor en un mes que no corresponde. Eso de tenerte que poner ropa elegante pues ni al caso. A donde vayas hay filas de gente: bancos, restaurantes, taquerías, baños. No hay estacionamiento en ningún lado. Las calles parecen discotecas de tanto adornito colgado de cada poste. Toda esa gente que sonríe por nada y andan con cara de idiota por todos lados.

Y luego llega el intercambio en tu casa entre tus hermanas, sus hijas, sus novios y tus papás, y a ti jamás te invitan. Se pasan 1 hora de tu día de descanso entregándose regalos, mientras tú solo los ves y piensas ¿a qué hora sirven el pavo? Porque eso sí está rico, comer muchas cosas que sólo se preparan una vez al año sí está bien.

Y este año, pues agrégale que el 25 cae ¡en domingo! Peor. Ya ni siquiera el puente vale la pena.

Y se me olvidaban los famosos cohetes o “cuetes”, como comúnmente se les llama. Toda la tarde, la noche y la mañana del día siguiente truenen y truenen esas cochinadas.

Que Diosito los perdone.

Aunque a mi me gusta escuchar la rola del Burrito Sabanero en voz de mis hijas y preparar la cena con mi esposa. Tenemos varios años cenando en casa, en familia, para que los regalos lleguen a tiempo y no despertar tarde ni desvelado. Me gusta ver sus caras y jugar con ellas en cuanto arrancan los papeles de los regalos. Me gusta ver a mis papás atender a toda la familia el día 25 al mediodía y que ya es tradición que no menos de 20 personas lleguen a decirles que los quieren. Me gusta que tratamos que nuestra casa se vea mejor. Hay que pintar y ver como recibes de la mejor manera a los que por tradición ya llegan al recalentado y, si no llegan, pues se les extraña. Me gusta la misa del 25 a las 11:00 de la mañana, poca gente y buen mensaje. Me gusta que tienes una semana más para preparar la otra fiesta para despedir el año. Me gusta que me guste.

Y en el cine hay de todo como en botica. Películas mexicanas que son clásicas navideñas, tales como Santa Claus (René Cardona, 1959) donde ese Santa trabaja en el espacio y lucha contra un Lucifer, que busca que todos los niños de la tierra hagan cosas malas para que el Sr. Claus se quede sin chamba. Un clásico absoluto.

Navidad, S.A. (Fernando Rovzar, 2008) Comedia mexicana que combina el calentamiento global con la maldad de los tiempos que vivimos, por lo que Santa busca los dos últimos niños que creen en el para salvar el Polo Norte de su desaparición.

Para mi gusto, las mejores cintas navideñas son El Extraño Mundo de Jack (The Nightmare Before Christmas, Henry Sellick, 1993) Basada en una idea de Tim Burton y realizada bajo la técnica de stop motion. El guión nos plantea lo doloroso que es para Halloween perderse ante lo brillante de las fiestas navideñas.

Santa Cláusula (The Santa Clause, John Pasquin, 1994) Scott accidentalmente mata a Santa Claus por lo que se ve obligado a convertirse, literalmente, en el nuevo Papá Noel.

El Expreso Polar (The Polar Express, Robert Zemeckis, 2004) Un misterioso tren lleva a un niño que a dejado de creer en Santa al mismísimo Polo Norte para que compruebe con sus propios ojos la existencia del mismo.

Mi Pobre Angelito (Home Alone, Chris Columbus, 1990) Sin lugar a dudas la más famosa de todas. Kevin, de ocho años, es olvidado en su casa por su familia que se va de vacaciones y dos ladrones intentan robarla. El chavito se enfrenta a ellos con toda su “inocencia” e inteligencia que la edad le permite.

Entre todas estas hay otras tantas que se desarrollan en la época navideña y que eso es parte de la importancia de la trama: Gremlins, Duro de Matar 1 y 2, Hombre de Familia y Milagro en la Calle 34.

Por lo pronto lo que hay que ver esta semana no es otra cosa que:

La Llegada (Arrival, Denis Villeneuve, 2016) Gran reparto y sólidas actuaciones en este thriller desarrollado muy inteligentemente por el director de Sicario. Vale la pena verla pero no te esperes explosiones ni muchas escenas de acción, esto es otra cosa. Vela con alguien que le guste reflexionar y comentar la finalizar las películas.

Fiesta de Navidad en la Oficina (Office Christmas Party, Josh Gordon y Will Speck, 2016) comedia protagonizada por Jennifer Aniston y Jason Bateman. Los dueños de la compañía tienen que dar una gran fiesta a quien es el cliente potencial que al cerrar el contrato contribuirá a no cerrar la empresa. Para reírte bastante con quien te de la gana.



La Tarea de la Semana

Pensando en el tema de hoy y con la idea de no ser Grinch te recomiendo El Joven Manos de Tijeras (Edward Scissorhands, Tim Burton, 1990) Johnny Depp es Edward, un joven que fue creado a partir de un robot, pero que no fue terminado y sus manos son tijeras. Si crees que una aberración como esa no es capaz de tener sentimientos, pues te equivocas. Vela y te enterarás.


¡Corte y queda!


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